La pandemia y la salud mental: un estudio basado en experiencias vividas por jóvenes peruanas vulnerables

La pandemia de covid-19 exacerbó los problemas de salud mental en todo el mundo y tuvo efectos particularmente severos en las poblaciones vulnerables. En el Perú, las tasas de ansiedad y depresión entre mujeres jóvenes aumentaron de manera significativa durante la crisis sanitaria, alcanzando 48 % y 36 % respectivamente. El objetivo de este estudio es comprender cómo la pandemia impactó en la salud mental de las mujeres jóvenes en situación de vulnerabilidad, para lo cual se analizan los factores que mediaron sus experiencias y las estrategias de afrontamiento desarrolladas. Esta investigación cualitativa adopta un diseño de estudio de casos múltiples con enfoque fenomenológico-hermenéutico, explorando las trayectorias de salud mental de dos jóvenes peruanas –una de contexto urbano y otra rural– participantes del estudio Niños del Milenio (NdM), quienes reportaron un deterioro significativo en su bienestar como consecuencia de la pandemia. El análisis integra datos longitudinales recolectados entre 2007 y 2023, incluyendo entrevistas en profundidad pre- y pospandémicas, lo que permite contextualizar los cambios tanto en las condiciones de vida como en la salud mental de las participantes. A partir del análisis de estos datos, se identifican tres ejes clave: (i) el confinamiento y las responsabilidades domésticas como factores de estrés sostenido, (ii) la inestabilidad económica y la sobrecarga de tareas como elementos asociados al malestar emocional, y (iii) las difcultades para acceder a atención psicológica. Asimismo, se observa que las experiencias previas de violencia, pobreza y desigualdad influyeron en la manera en que cada joven afrontó los desafíos derivados de la crisis sanitaria. Se evidencia que la pandemia actuó como un amplificador de vulnerabilidades preexistentes, acentuando desigualdades de género y afectando la funcionalidad cotidiana de las jóvenes. La relevancia de este estudio radica en su aproximación a la salud mental desde las experiencias vividas, que revela la complejidad de su deterioro en contextos de múltiples privaciones. Los hallazgos permiten comprender la intersección entre salud mental y determinantes sociales, así como la importancia de fortalecer políticas públicas que amplíen el acceso a servicios psicológicos en comunidades en situación de vulnerabilidad. A pesar de los desafíos, las narrativas muestran cómo el apoyo familiar y comunitario, junto con estrategias individuales de afrontamiento, han sido fundamentales en la reconstrucción del bienestar. Este estudio enfatiza, además, la urgencia de fortalecer políticas públicas que garanticen el acceso equitativo a servicios de salud mental en poblaciones en situación de vulnerabilidad.